lunes, 5 de octubre de 2015

Nadie dijo que fuera fácil...

Buenas!! qué tal empezáis la semana?
Yo deciros que empieza con una sensación un poco rara...como de vacío.

Como ya sabéis muchos de vosotros, esta semana va a ser mi última semana en mi trabajo. Después de casi dos años trabajando de noche y de mucho meditarlo me voy.
No es que lo deje porque sí, lo dejo porque me ha salido otro trabajo, un cambio radical y era la oportunidad que necesitaba para dejar la noche que tanto mal está haciendo a mi cuerpo y a mi mente.


Dejo un trabajo que para mí ha sido realmente duro, no por el trabajo en sí, sino por las consecuencias que tu cuerpo nota cuando lleva muchas muchas noches sin dormir. Aunque lleves mucho tiempo meditando las cosas y sepas que el cambio va a ser a mejor nunca es fácil avisar y despedirte de personas que te han cogido  tanto cariño como tú a ellos.


He pasado muchos muchos momentos con ellos, tanto buenos como malos.
He vivido la primera Nochebuena separada de mis padres después de 33 años, para que ellos la pudieran disfrutar como se merecen  y puedo decir que ha sido una de la Cenas de Nochebuena más especiales que he vivido. Hemos tenido que despedirnos de niños que al cumplir la mayoría de edad deben irse y buscar su propia vida....

Me llevo tantas vivencias... pero allí dejo una parte de mi corazón, cada uno a su manera me han robado un trocito y espero que con un trocito del de cada una, hagan que su corazón se haga más fuerte y se complete.

Han sido dos años muy duros, pero dos años en los que me llevo la sensación de "haberlo hecho bien". Cuando trabajas con niños las despedidas son aún más duras que si lo haces con adultos. Pero sé que aunque a veces intenten hacerte la vida imposible dentro de ellos hay un GRAN corazón que siente aún más que el de cualquiera de nosotros. Su corta vida no ha sido, lo que se dice, de color de rosa. Los cambios lo llevan mal y las despedidas peor, pero lo que más me va a costar será ver lágrimas en sus ojos.


Estoy convencida que todas las cosas que ocurren en nuestra vida, suceden por alguna razón.
Igual que supe después de 12 años trabajando con peques y disfrutando cada momento con ellos que había llegado la hora de un cambio y comencé a trabajar de noche y con niños adolescentes.
Estoy segura que ha sido una prueba de fuego y una manera de enseñarme que la vida no es tan mala como muchas veces pensamos, terminar un trabajo que te apasiona, del que disfrutas a tope y que cuando acaba por circunstancias de la vida, hace que  te "hundas" como una piedra cuando cae al agua, pero la vida siempre da una vuelta inesperada y te hace ver que hay personas que sí tienen motivos para hundirse de verdad y siguen en pie día a día, paso a paso .

Tengo que dar las gracias a Cris por ofrecerme esta oportunidad y a todos los niños del Hogar por enseñarme a seguir caminando y seguir disfrutando de la Vida.



Sé que no estáis acostumbrados a este tipo de entradas en mi blog, pero como sabéis hablo de mi vida, de mis cosas, de mis sentimientos y hoy tocaba hablar de esto. De una de la experiencias más bonitas y duras que he vivido.

Buena semana a tod@s y millones de puntitos!!

La próxima semana más!




4 comentarios:

  1. Mucha suerte en tu nuevo camino. Un beso muy fuerte

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    1. Muchas gracias Luisa!! Espero que la luna que me iluminó mis noches de trabajo, ahora me acompañe en mis noches de sueño
      Muchos puntitos!
      Y gracias por leerme

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  2. Una experiencia inolvidable. Disfruta cada cosa que hagas. !

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    1. Pues sí va a ser inolvidable. Con sus cosas buenas y sus cosas malas. Con momentos en los que les echaré de menos y alguno en los que será de más!!
      Disfrutaré todo lo que pueda.
      Muchas gracias Natalia.
      Millones de puntitos.

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