¿Qué tal estáis?Imagino que muchos de vosotros de vacaciones, aunque a mi me queda un poco para cogerlas hace una semana hice una mini escapada, nos fuimos a Londres mi chico y yo.
Ya que este año no coincidimos ni un sólo día de vacaciones juntos le pedí a mi jefe, que si me cambiaba 2 días para Julio y así de esa manera poder cambiar de aires, imaginaréis que voy a hablaros de ese viaje ¿verdad? pues no, eso lo dejaremos para el próximo post, ya que tengo mucho que contar...
Hoy voy a hablaros de una cena muy especial que tuve el Viernes.
Lo cierto es que la compañia a dicha cena la tengo más que vista, pero que el sitio, el día y la complicidad que mi amiga Mary y yo tuvimos esa noche es digna de post.
No se si alguna vez os he hablado de ella, pero al igual que me pasa con Ana, María es como esa hermana que nunca tuve.
La conozco desde hace más de 30 años y aunque ella vivía en Madrid, veraneaba en la casa de la sierra de sus tios, en la misma calle donde viven mis padres.
No recuerdo el momento en que empezamos a jugar juntas, pero sí que nos hicimos inseparables, hemos vivido muchos buenos momentos , hemos viajado junto a sus tios en ese "Mercedes super especial de lujo" con la Jurado, Julio Iglesias, Jose Luis Perales... montado en la Honda y la Vespino por la urbanización, fuimos a corridas de toros únicamente porque toreaba el "Litri" e incluso llegar a primera fila para ver a Bon Jovi cuando aún éramos unas crías.
Pero por desgracia también hemos vivido malos momentos, enfados que nos separaron durante un años, o mudanzas que nos alejaron de estar tan cerca, pero lo peor las duras despedidas a esos tíos que nos dieron tanto y que se han ido poco a poco...
Así que si crees que esta no es una razón suficiente para dedicar un post a mi amiga, te aconsejo que dejes de leer.
Este Lunes decidimos quedar, ya que coge vacaciones y estaré unas semanas sin verla, así que al día siguiente reservé para un sitio que me llamó la atención al pasar un día por su puerta.
El restaurante se llama Nubel y está dentro del Museo Reina Sofía.
El viernes a las 21h ya estábamos allí, al llegar a la puerta nos pidieron el nombre de la reserva y nos adentraron al restaurante para acercarnos a la mesa.
La decoración es super moderna, tiene la luz bastante tenue, hay un par de barras para las copas de después, un DJ y bastantes mesas donde poder tomarte algo.
Nuestra mesa estaba al final del restaurante, algo super bueno para tener esa intimidad que nos gusta compartir cuando estamos juntas.
Después de pedir una copita de vino echamos un vistazo a la carta.
Para empezar pedimos varios "Mordiscos", como entrantes y de segundo dos platos bastantes sorprendentes.
El aperitivo era una mantequilla de mango con una presentación muy vistosa.
Los mordiscos estaban riquísimos, pedimos unas conchas de zamburiñas con tocino frito, una mezcla bastante curiosa pero sin duda perfecta.
Otro de los mordiscos elegidos fue un canutillo de Portobello relleno de boletus, la presentación muy cuidada también, pero no me gustó demasiado, ya que era un platillo frío y el boletus frío no me convence demasiado.
Como tercer mordisco...una hojilla de perilla con salmón, tiene un toque cítrico muy rico y refrescante.
Y por último un cocktail de cangrejo y mango con un toquecito picante muy rico.
Tras unos entrantes bañados por las risas, llegó el turno a los platos principales, pedimos un "arroz mezclado"un plato de la cocina coreana un poco fusionado que sinceramente no me gustó nada, llevaba un huevo a medio cocer, muchas habas y verduritas, la mezcla de sabores y sobre todo de texturas no me gustó.
El otro plato eran unas colas de chipirones en ensalada con brotes, este plato me gustó mucho más, muy ligero y fresco.
Y para terminar de postre elegimos una tarta de queso con helado de frambuesas. Yo que soy bastante exigente con las tartas de queso y con la repostería en general, estaba más que aprobada y si a lo rico que estaba le sumas la presentación...un 8 sobre 10!
Tras pagar la cuenta, un poco elevada a mi gusto( casi 80€) pasamos a tomarnos un cóctel y seguir compartiendo risas y confesiones.
Yo tomé una Diosa y Mary un Miami Beach, como era de esperar la presentación era original y lo mejor la atención del coctelero para recomendarnos uno.
Antes de cambiar de escenario voy a deciros los pros y contras del restaurante, la atención a la hora de explicar los platos, fue bastante buena pero vinieron varios camareros a preguntarnos que queríamos comer, vamos demasiado agobio para pedir y ya no os cuento para cobrar...poco más y nos levantan de la mesa.
Como os digo el precio un poco alto, pero realmente subió por la bebida, como pasa siempre.
Después en la zona de bar, vinieron también varios a preguntarnos que queríamos, otra vez agobio...para nuestro gusto demasiadas camareras, algún chico majo tampoco estaría mal! jajaj. Y lo que no nos gustó nada de nada fue la música, demasiado cañera a mi gusto.
Después de pagar nos fuimos a pasear por el paseo del Prado a ver si nos tomábamos algo más en alguna terraza. Tras un paseo de más de 30 min, acabamos en la terraza del edificio de Correos con una copa de Cava, brindando por nuestra amistad y por ese cariño que nos tenemos sin recordar la fecha...
Por una vida juntas! |
Feliz semana y puntitos para tod@s! La semana que viene primer capítulo de Londres!
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