martes, 29 de mayo de 2018

Puente de Mayo

Hola a tod@s!

Que tal va la semana? La mía más o menos como siempre, trabajo, curro y alguna cosa de última hora de esas que nos alegran.

Hace más de dos meses que no escribo ningún post, pero es que no me da la vida...habrá gente que se siente y le salgan las palabras sin pensar y aunque a mi a veces me salen...no creo que sean cosas que os interesen. 

Hoy voy a resumir mi escapada del puente de Mayo, una recomendación de esas que os gustan, viajecito, que ver y comer en la zona.
Este año por los curros es imposible que mi chico y yo no coincidamos, así que aprovechamos que teníamos el puente decidimos escaparnos a Teruel.



Exactamente a la comarca del Matarraña. Está lindando con Lleida y Castellón y aunque está bastante retirado de Madrid decidimos ir ya que para un finde está muy lejos y para las vacaciones en principio no sería el lugar al que decidiríamos ir.

Salimos el domingo 29 de Abril bien prontito, para llegar a nuestro destino poco antes de la hora de comer. El destino elegido como campamento base fue un pueblo que se llama Beceite. Es uno de los pueblos que pertenecen a la comarca del Matarraña, en la que hay más de uno catalogados como Pueblos Bonitos de España.
El hotel elegido,  La Fábrica de Solfa, un hotelito de 8 habitaciones que está dentro de una antigua fábrica de papel rehabilitada. Era zona de fábricas de papel y cada una de las habitaciones tiene el nombre de dichas fábricas. 
Nuestra habitación
La localización es una auténtica pasada ya que está a orillas del río Matarraña.

El Hotel
La habitación

techo abuhardillado

Entrada
Salón común

Vistas desde el hotel

Como os dije llegamos sobre el medio día, después de un viaje bastante tranquilo hasta que llegamos casi al pueblo, que empezó a granizar pero por suerte sólo duró 10 min.

Dejamos las cosas en la habitación y conocimos a los dueños, Javi y Alberto, dos hermanos encantadores que hicieron que nos sintiéramos como en casa.
Después de dejar las maletas decidimos ir a estirar un poco las piernas por el pueblo y ver sus calles, calles en su mayoría cuesta arriba... 
Otra fábrica
Eran ya casi las 2 de la tarde y paramos en un restaurante en el mismo pueblo que se llama Raco de Toscá, debería ser muy conocido( o uno de los pocos que hay en el pueblo) ya que estaba lleno y no pudimos comer allí, así que aprovechamos y reservamos para cenar.

Calle del pueblo



De camino al hotel paramos en una tienda que hay junto a la ermita y comimos algo para llenar la barriga. 
Fuimos a la habitación a descansar un poco y poder disfrutar de la tarde.
Al levantarnos de la siesta decidí ir al embalse de la Pena y así estirar las piernas. Fue una caminata de 7 km en total. El embalse estaba bastante vacío y aunque el entorno era bonito, no lo disfrutamos demasiado ya que hacía bastante aire y la arena que se levantaba era molesta. 

Embalse la Pena
Llegamos al hotel justo para darnos una ducha y cambiarnos para poder ir a cenar.
El restaurante no tenía una carta muy extensa, pero lo suficiente para calmar el hambre y disfrutar de una rica cena. Lo mejor las manitas de cerdo maceradas en cava y a la brasa, para chuparse los dedos, cosa que hice!

La Cena
La cena estaba riquísima, el servicio super atento y nosotros felices de disfrutar juntos otra escapada!
Llegamos a la habitación sobre las 23h, estábamos tan cansados que dormimos como benditos, en completo silencio y si agudizabas mucho el oído, escuchabas el río a nuestros pies.

El pueblo
Ermita de Santa Ana
El lunes había decidido que iríamos a hacer una ruta por la mañana a el Parrizal, es una ruta de 8km de ida y vuelta que remonta el curso de río hasta su cabecera.
La ruta no es muy complicada, pero hay momento en los que tienes que cruzar el río sobre las piedras, aunque en su mayoría vas por senderos que por lo general están bastante bien hay algunas piedras que saltar y hay bastantes pasarelas de madera para esquivar el río.

Las pasarelas

La cabecera del río


Aguas cristalinas

El cañón

Aunque no se ve agua...había

Las pozas que te encuentras por el camino son de agua cristalina, pero está prohibido el baño, algo que me parece genial para mantener así de cuidado el Parrizal. El final de la ruta termina en un cañón de 1,5m de ancho, 60 de alto y 200m de largo. Tuvimos suerte de verlo con algo de agua, ya que dos meses atrás nos comentaron que estaba seco.

Para comer acabamos en un bar del pueblo. Nada del otro mundo, pero se nos llenó la barriga. De allí volvimos al hotel, reservamos para cenar allí y después de quitarnos el polvo, cogimos el coche y nos fuimos a visitar el pueblo de al lado, Valderrobres, un pueblo super bonito y que es la "capital" de la comarca.

Valderrobres
En Valderrobres es visita obligada su iglesia y su castillo. El castillo empezó a construirse en el Siglo XIII. A partir del siglo XIX pasó a manos del estado lo que significó su abandono. La iglesia también sufrió esas penurias y su último tramo se hundió en 1877. En la década de los años 80 el castillo fue restaurado y a ser utilizado como lugar habitual de acontecimientos culturales. Hace sólo 10 años fue reconstruida la parte derruida del templo convirtiéndolo así es una visita obligada en la comarca.

Después paseamos por sus calles, disfrutamos del ambiente festivo y cruzamos el puente.
Sin duda alguno es un pueblo bonito de España y no porque lo diga un cartel, sino por su enclave y su estilo medieval.

Galerías

Sólo me falta el dragón

La Iglesia
Tras el paseo fuimos a tomar un café y comprar unos dulces típicos en una cafetería del pueblo. Al atardecer cogimos de nuevo el coche y fuimos hacia Beceite para cambiarnos e ir a cenar al restaurante del hotel.
Valderrobres desde el puente de hierro al atardecer
Llegamos al hotel, nos arreglamos un poco y bajamos al restaurante, que se encuentra en la planta baja del hotel.
La verdad es que la carta aunque no muy amplia(algo muy importante para que la comida sea buena) tenía unos platos dignos del mejor restaurante.
Para compartir pedimos un plato de jamón de Teruel con pan tumaca. Yo pedí unos canelones de confit de pato con foie y manzana que estaban deliciosos y Pedro un ternasco al horno que lo acompañamos con un Xado, vino de la zona, garnacha y cabernet sauvignon muy recomendable. Terminamos con una tarta de queso, café y té de roca.

Sin duda una cena de 10!
Otra noche más que nos acostamos pronto, los paseos, el silencio y la tranquilidad hicieron que esos 4 días desconectáramos del mundo y encima apenas hay cobertura y no hay Tv en las habitaciones, sin duda un punto más para el lugar y el hotel.

A la mañana siguiente de nuevo amanecimos temprano y decidimos que cuanto antes saliéramos mejor. Bajamos a desayunar y como tardaríamos en comer, nos preparamos un desayuno de campeones.

Dulce, salado y todo casero
Ese día iba a ser el día de las rutas por los pueblos, nos dejamos alguno por visitar, pero creo nos cundió el día.
Javi nos hizo una ruta y nos comentó donde deberíamos parar a ver, comprar y comer.

La primera parada del día desde Beceite fue Cretas, un pequeño pueblo lleno de casas señoriales y con una plaza preciosa. Es un pueblo medieval.

Plaza de Cretas
Lo que me da rabia de casi todos estos pueblos es que sus iglesias están cerradas y no puedes ver su interior.
Desde allí cogimos de nuevo carretera y paramos en la Ermita de la Misericordia antes de ir a ver lo túmulos.

Ermita de la Misericordia
Paramos a ver los túmulos funerarios, la verdad es que sólo vimos 2, ya que Javi nos comentó que eran todos similares.
Desde allí llamamos para reservar en la Posada Alcalá de Calaceite.
Nos dieron hora a las 15h y mientras hicimos tiempo para visitar su pueblo. Como la mayoría de los pueblos de la zona son en lo alto, así que hicimos piernas para subir sus cuestas y disfrutar del pueblo.

Iglesia de la Asunción
Plaza de España, con el ayuntamiento

La plaza de Calaceite está compuesto de casas típicas Solariegas.

Bajamos a comer y aunque teníamos una idea de pedir después de leer la carta, al decirle al camarero que nos habían recomendado nos cambió el menú...
De primero cambiamos una ensalada mixta por unas judías con sardinas. De elegir chuletón y bacalao a cambiarlo por ternasco a baja temperatura con puré de coliflor y manitas de cerdo en salsa. Un cambio que resultó ser delicioso. 
De postre unos hijos con helado de café...rico rico y totalmente recomendable!!
Que rico todo...

Después de la comida cogimos el coche y nos fuimos hacia La Fresneda parando en Torre del Compte, un pueblecito en el que no encontramos ni un bar para tomar café. Lo único que puedo nombrar es la casa palacio donde se encuentra el Ayuntamiento, por lo demás no es un pueblo para parar. También se puede ver la Ermita de San Juan, pero que pasa totalmente desapercibida.
Después de un buen paseo en coche entre pinares, almendros y olivos, llegamos a La Fresneda. Un pueblo mucho más grande y en el que dar un paseo y visitar sus calles hace que lleve en el tiempo a la Edad Media.

Iglesia de La Fresneda
La plaza del ayuntamiento al igual que pasa en Calaceite está formado por casas Palaciegas. El Ayuntamiento y cárcel son del siglo XVI.

El ayuntamiento

Mazmorras
En lo alto de una montaña está la Ermita de Santa Bárbara, a la que no llegamos a ir ya que nos equivocamos pensando que era otra cosa, exactamente el Santuario de la Virgen de Gracia, un convento abandonado que se encuentra en medio del monte, rodeado de pinos. Un lugar que si no te dicen que vayas pasa desapercibido y que sin duda alguna es uno de los sitios que más me han llamado la atención de este viaje.
La verdad es que no te cuentan mucho de él. Lo único que he encontrado lo se es que es del S.XVIII el resto en Wikipedia que no se si será muy fiable.

La iglesia por dentro

Iglesia y Convento

¿El claustro?

Virgen de Gracia
Como véis el sitio es increible!! Si vais a la Fresneda no os perdáis esta visita.
Desde allí nos fuimos ya hacia Beceite, empezaba a atardecer y no quería quedarme por un camino perdido en la noche.

Llegamos al hotel después de un día lamar de provechoso. Esa noche también cenamos en el hotel. Fue una cena muy íntima, ya que casi todos los huéspedes se habían marchado porque al día siguiente no era festivo en toda España.

El miércoles nos despertamos con una jota,era el pescadero, avisaba que ese día estaría en la lonja vendiendo...qué curiosos son los pueblos.
Desayunamos fuerte ya que sabíamos que el viaje de vuelta iba a ser largo y menos mal...paramos a sólo 150km de casa el google maps nos envió por carreteras comarcales...

Para terminar la visita nos fuimos al pueblo, paseamos por sus calles, compramos dulces, vino, aceitunas...y volvimos a por el coche haciendo las últimas fotografías.

La fábrica de Solfa a mi espalda

Sin duda un lugar totalmente recomendable si lo que quieres es desconectar, disfrutar de la naturaleza, comer rico y respirar aire puro. Para verano está toda la zona de la Pesquera en la que hay pozas donde disfrutar de un rico baño.

Gracias a Javi y Alberto por el trato tan maravilloso y por esa cercanía que sólo se da en pueblos pequeños.

Buena semanita y puntitos para tod@s!! Prometo más post, que tengo muchos en el tintero!







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