lunes, 18 de enero de 2016

Nochevieja Marroquí (parte II)


Buenos días!!

Como os puse en el post anterior, el viaje continuaba y con el las anécdotas típicas de turistas.
Después de desayunar decidimos movernos a hacer un poco de turismo a un pueblo cercano, Larache.
Cogimos el "super" coche que alquilamos, esta vez no íbamos a arriesgarnos con  ningún transporte nacional, aunque quizás hubiera sido lo más correcto.

Antes de ir hacia Larache decidimos visitar las ruinas de Lixus, cuando íbamos por la carretera, Eli decía que querría conducir por esas carreteras, pero nuestro "conductor" comentó que al no ser conductora en el seguro del coche era complicado por el tema de las multas ya que allí era muy común que pararan a los turistas y multaran...antes de terminar de hablar...nos paró la policía.
Nos pidieron los papeles, y al conductor el carnet de conducir con el pasaporte.

Aunque parezca mentira...
Le pidieron amablemente que saliera del coche y que le acompañaran, 10' después volvió al coche con un papelito y una cara no muy amigable...nos habían puesto una multa por ir más rápido de lo permitido, casi 30€ por ir a una velocidad que según ellos excedía los 15km/h donde no vimos ninguna señal de velocidad... ¿Será posible que dos escapadas fuera de España y dos multas?, quizás sea yo!
Tras pagar la multa, seguimos hacia las ruinas, Lixus fue un asentamiento que fundaron los Fenicios hacia el siglo VII a.c. Luego lo ocuparon los Cartagineses y más tarde los Romanos hasta el siglo V d.c. Pero en las excavaciones han encontrado restos de una Mezquita, y según los estudios creen que allí habitó gente hasta el siglo XV.
Nos costó llegar a la entrada del recinto ya que la entrada principal está cerrada, debéis fijaros muy bien porque nada más entrar en el camino, a la derecha hay una pared a la que le faltan algunas piedras y que sirve como entrada provisional.


La entrada ya te cuenta un poco como están las ruinas...es una pena que no estén sacando partido a esta maravilla de la historia, el guarda nos acompañó y nos explicó un poco la historia. Las ruinas están situadas es un monte con vistas al río Loukkos y a la ciudad de Larache, rodeado de una cantera, las salinas y de terreno para sembrar. Son unas 64 hectáreas de las cuales sólo hay un 10% excavado.
Todos los años, van un mes arqueólogos tanto españoles como italianos a levantar lo que les da tiempo. Nos comentó que hacía unos años habían descubierto un mosaico de Neptuno que años más tarde taparon de nuevo ya que el clima y los asaltos a las ruinas lo estaban deteriorando.

Mosaico de Neptuno
Acequias y pilas para salazones
Río Loukkos
Cuando llegamos a la zona donde se encontraba la Mezquita me quedé muy sorprendida, ya que vimos a unas señoras cocinando bajo un árbol y niños corriendo por encima de las ruinas. El guía nos los presentó, era su familia. debe ser que aquello era su hogar.
Tras terminar la ruta, nos enseñó las últimas ruinas...nos explicó que eran las de su casa. Donde él nació y donde había vivido su abuelo y su padre, guardas también de estas ruinas desde hace casi 100 años...
Nos explicó que el gobierno les obligó a destruir su casa, y la única excusa que les pusieron fue que estaba pintada de blanco y azul y que rompían con la arquitectura del lugar. Una vez más los "manda más" se salieron con la suya y la familia tuvo que buscar una casa en un pueblo cercano.

Dejando atrás la que fue una de las ciudades más importantes del norte de África, decidimos que era hora de ir a pasear por la medina de Larache.

Larache vista desde el puerto

Una de las puertas de la Medina
Paseamos por Larache buscando un bar donde tomarnos una cervecita bien fresquita, cuando llegamos al bar me sorprendió ver a un par de mujeres con su velo, tomando unas cervezas y fumando...quizás tengan más libertad de la que nos creemos.

Me encantó caminar por sus calles, con sus paredes pintadas en azul y blanco ya un poco descascarilladas, ver a los niños disfrutar y correr sin miedo a nada...sentir la alegría en la gente y no sentirte una extraña como hacemos que se sientan ellos aquí...

Una calle típica

Rincones
Rincones


Tras pasear por sus rincones, decidimos que ya era hora de ir a comer, ya que era más hora de merendar, bajamos hacia el puerto y nos quedamos en uno de los muchos puestos donde te cocinan el pescado recién traído del mar.
Las calles de Larache y él.
Pedimos unas sardina, una fritura, calamares, ensalada y dos sopas de allí con una botella de agua y nos costó unos 18€...y todo tan fresco!!

Comida barata, sana y fresquísima!
La cuenta!
Ya empezaba a atardecer y decidimos volver a Asilah, no era muy tarde y aunque iríamos por la autopista, no sería la primera vez que uno se encuentra a un pastor atravesándola o algún que otro animal...
Llegamos a "Christina's house", preparamos una bolsa con toalla, jabón y nuestro guante y nos fuimos al hamman que estaba muy cerca.

Sally, la encargada del hotel, nos recomendó ir y ver un poco como era la vida sobre todo la de las mujeres, ya que es en los pocos sitios, en los que ellas están libremente hablando con sus amigas y solas sin hombres.Ya que el  hamman está dividido. A ellos es muy fácil verlos en salones de té, pero a ellas no y allí están en total libertad.
Sally nos recomendó que cogiéramos la entrada con masaje. Y nosotros dicho y hecho.

La entrada era 11 DH, el masaje 35DH y 5 DH lo que se paga por "la taquilla". Aproximadamente unos 4,5€
Al entrar te encuentras el "vestuario", una sala con bancos corridos donde te desnudas y luego también te secarás.
Después de desnudarnos y quedarnos con las braguitas, cogimos un cubo y un cacito y nos metimos dentro, sin saber muy bien que nos depararía la tarde y el masaje...
Allí había unas 4 salas, cada una con una temperatura distinta, de más frío a más calor. En las paredes había grifos con agua fría y caliente.

Allí las mujeres se echaba henna, se depilaban...lo que harías en tu baño, lo que ocurre es que allí poca gente tiene baño completo.

Nos pusimos en una intermedia, llenamos nuestros cubos con agua templada y empezamos a relajarnos.
Al ratito llegó la "masajista" y empezó con mi amiga, la echó agua encima y empezó a enjabonarla con un jabón negro que habíamos comprado al igual que nuestro guante. Después del jabón empezó a restregarle con el guante, no os podéis ni imaginar la cantidad de pieles muertas que salían de su cuerpo, cuando aun no había terminado con ella, llegó otra señora y me tocó a mí. Es una sensación un poco rara, te lava como si fueras un bebé, ves la pieles saliendo de tu cuerpo, te gira, te restriega la espalda, brazos, piernas...y para terminar te lava el pelo y te lo cepilla...estira un poco los músculos y ala, a la calle...todo esto después de unos 50'. Fue una experiencia muy rara, pero salí relajadísima y con la piel más suave que he tenido nunca. Donde fueres...haz lo que vieres.
Tras relajarnos salimos a cenar un poco y otra vez a dormir...

Amaneció el 2 de Enero un poco gris y decidimos que antes que se estropeara y lloviera iríamos a conocer la playa de las cuevas, a las afueras del pueblo.
Llegar allí cuando llueve es misión imposible ya que hay muchos barrancos, la arena es muy arcillosa y es fácil que el coche se quede encallado.

Ver la playa y el océano Atlántico para nosotros solos era una auténtico lujo...

Antes del susto...
Mientras ellos decidieron ir hacia las cuevas, yo preferí sentarme en una piedra y disfrutar de la playa para mí sola...

Relax...
Aunque el mar estaba un poco revuelto, ellos seguían por las piedras...Pedro volvió al rato y estuvo conmigo, después decidió ir a hacer una foto cuando las olas rompían en las cuevas...Le dije que tuviera cuidado que las olas eran traicionera, pero no me hizo caso.

Le vi alejarse hacia las rocas y unos minutos más tardes vi una ola que casi llega a mis pies...me giré y vi como la ola chocaba contra la piedra que estaba delante de él, pero unos segundos más tarde llegó la gran ola... y le empapó, salí corriendo con un poco de miedo por si se hubiera dado un golpe, pero sobre todo por miedo que su cámara se hubiera mojado...quizás penséis que soy un poco materialista, pero en sus espaldas llevaba su medio de trabajo y lógicamente me preocupé por ello...

Él quería hacer la foto del día y la foto la tenía él!!
Esta es mi versión, pero si queréis saber la suya... creo que os vais a reír un poco.

Fuimos al pueblo, ellos muertos de risa y yo con un cabreo monumental...allí compró unos vaqueros, calcetines, calzoncillos...eso sí se lo llevó todo puesto. La compra salió barata, pero no pudo regatear mucho ya que sabían que se lo llevaba puesto!
Después de todo esto decidimos ir a comprar a la medina, queríamos llevarnos aceite de argán y alguna cosa más, sin duda encontramos el mejor sitio donde comprarlo y a la mejor persona.
Era un puesto al final de la muralla de la Medina. Allí podía encontrar de todo, especias, jabones, aceites, cerámica...el señor parecía un alquimista, era simpático y nos atendió increíblemente bien.

Cuando las apariencias engañan...

Volvimos a la Medina a comprar recuerdos y a disfrutar de sus calles y sus gentes.Una vez echas esas compras nos sentamos a comer en una de las terrazas pegadas a la Medina, el precio fue desorbitado, esta vez también nos timaron...Sin duda ese día no iba a tener desperdicio...

Bazar oussama
No os marchéis sin ir a visitar el Bazar Oussama, tienen miles de babuchas! seguro que os lleváis un par de ellas. Y el dueño es un encanto.

El tejedor...

Imágenes
Llegó la noche y volvimos a cenar al sitio de la cena de Nochevieja. Nos atendieron como si fuéramos de la familia, sólo puedo tener buenas palabras para el restaurante y el servicio. Sin duda me quedo con su simpatía y su comida! Gracias Dar Al Maghrebia.

Asilah amaneció lluviosa, quiero pensar que eran lágrimas por nuestra marcha.

Desayunamos con Sally y disfrutamos de una amena charla antes de salir rumbo a Tánger para coger el avión que nos volvería a la realidad. 

Gracias Sally por tu hospitalidad y simpatía!
Sin duda me llevo muchas cosas bonitas de mi primer viaje a Marruecos, y pongo primero porque sé que volveré, no sólo a Asilah, sino a más rincones de su gran país.

Fui con unas expectativas, pero vuelvo con unas aún más positivas. Me ha gustado su gente, su comida, su simpatía y sus paisajes.
Tengo que reconocer que tenemos una idea muy equivocada de los marroquíes. Tenemos unos prejuicios hacia su cultura y su persona que no son reales, por lo menos mi experiencia. Os animo ir a conocer y a dejarte llevar por su vida y sus rutinas. Perderte en sus mercados y comer en cualquier sitio que en España seguro que no comerías...y oír, oler y sentir Marruecos.

Gracias Chicos por animarnos a conocer un poquito de Marruecos, ¿cuándo volvemos?

Bueno, espero que os haya gustado la entrada tanto como a mí me ha gustado escribirla. De veras os animo a ir y conocerlo. Cualquier cosa que queráis saber y que no haya puesto en el post no dudéis en preguntarme.

Millones de puntitos y feliz semana! 












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