lunes, 18 de julio de 2016

Florencia parte III

Hola!!

Como empezáis la semana?? Yo la verdad es que aunque he tenido tres días libre estoy agotada...
Hoy voy a contaros la última parte de este viaje tan especial que hice hace unas semanas.
Me quedé en el lunes...

Lunes:

Empezamos el lunes cargando pilas en el bar de abajo tomándonos uno de esos desayunos que quitan el sentido. 

¿Desayunamos?

Como aún no había visitado la capilla de la familia Medicci decidí que ese era el día y cuál fue mi sorpresa que estaba cerrada, ya que el 4º lunes del mes cierra pero no sólo ese...os recomiendo que si queréis verla os estudiéis muy bien los horarios. Así que nos fuimos a ver la Iglesia de San Lorenzo a la que está anexa la capilla Medicci y la Biblioteca Laurentina. 

Biblioteca
No sé qué tendrán los claustros de las iglesias que a mí me impresionan siempre, este a parte de ser bastante grande merece la pena entrar y pasear por el olvidándote de todo el gentío que hay por las calles aledañas. Escuchas el silencio...

Aumentando la Biblioteca
Claustro de La Iglesia de san Lorenzo

Seguimos con la ruta prevista para el día. Siguiente parada Santa María Novela. Cuando fui hace 18 años con el Instituto fue una de la iglesias que más me sorprendió. La cantidad de colores de su fachada , la plaza en la que se encuentra...vamos que la recuerdo de una manera muy especial.

Fachada de Santa Mª Novela

Entramos en la iglesia, es espectacular, su interior al igual que pasa con la Basílica de la Santa Cruz no pasa inadvertido, te deja (por lo menos a mí) con la boca abierta. Y no digamos el Claustro, como ya os digo me apasionan...

Vidrieras

Claustro
Tras pasar un buen rato admirando la belleza de la iglesia y de su plaza, nos fuimos hacia la plaza de Duomo para ver la Cripta de Santa Reparata, antigua iglesia donde se asentaron los cimientos de la Catedral.

Muro de la cripta

Para entrar a la cripta tienes que volver a entrar a la Catedral, lo bueno es que no hay que esperar demasiada cola. Volvimos a recrearnos con la Gran Cúpula y sus bellas pinturas.

Tras visitar la cripta, volvimos a la plaza y esperamos la pequeña fila para visitar el Baptisterio. 


Como pasa en toda la ciudad, cualquier cosa que ves te deja con la boca abierta, no me extraña que haya un síntoma que se llama el síndrome de Stendhal (también llamado síndrome de Florencia), ya que la belleza de la ciudad es tal que te deja embobado...

El interior del Baptisterio de San Juan es otra obra de arte, de esas que te cuesta canalizar, ojalá pudiéramos tendernos en el suelo durante un buen rato y admirar como se merece esta maravilla.

Mosaico del techo del Baptisterio
Y como aún era temprano y nos quedaba mucho por recorrer, paseamos por la plaza de la República, fuimos a ver al famoso Jabalí o mejor dicho la "Fontana del Porcellino", llegamos a la orilla del río Arno perdiéndonos por calles de la ciudad...cruzamos el río por el puente Carraia para hacer una parada y degustar en la Heladería con el mismo nombre sus ricos helados. Para variar, volvía a pedir un helado de pistacho , mientras Mr.V volvió con el chocolate.
Tengo que decir que el helado estaba de muerte!!


A dos manos!!
De la gelatería Caraia fuimos a ver la capilla Brancacci y de allí a la Basílica del santo Spirito (que también estaba cerrada). Junto a la Basílica se encuentra La Fondazione Salvatore Romano, una exposición privada, que si bien tienes la tarjeta no pasa nada por entrar, pero que si tienes que pagar sinceramente, puedes prescindir de ella.

Paseamos un rato por el barrio y vimos una trattoria, me llamó la atención y entramos. La verdad es que al ver la cola de gente que esperaba para comer, decidimos que ese sería el sitio donde nosotros alimentaríamos a nuestras hambrientas tripas.
La trattoría en cuestión se llamaba  La Casalinga, yo tomé un plato de pasta con guiso de conejo. Tenía un sabor muy intenso y estaba muy rico, pero era demasiada cantidad y al final yo que soy un pelín asquerosita, me imaginé todo el pobre conejo en cachitos, con vísceras y todo y se me quitó el hambre...


Seguimos perdiéndonos por rincones de la ciudad y nos dejamos caer en el Museo de Galileo. Hay cosas muy curiosas en él, pero al igual que pasa con la casa de Dante y otros lugares de Florencia, este museo es secundario. Totalmente prescindible. La entrada de adulto 9€.


Ya empezaba atardecer y decidimos ir al puente Santa Trinita a ver nuestro último atardecer en Florencia...


Tras el atardecer volvimos hacia el centro para llenar la barriga y pasear por las calles bajo la luz de las farolas.

Martes:

Llegó el martes y con el la despedida de una ciudad que enamora y que no deja a nadie indiferente... Fuimos hacia la estación, donde cogeríamos el tren para ir a Pisa y ver su famosa torre.

Ciao Florencia
Llegamos a Pisa, paseamos por sus calles cargados ya con la maleta para ver los monumentos de la ciudad. Al llegar a la plaza donde se encuentran me quedé con la boca abierta al ver la famosísima Torre Inclinada, parece de mentira, tan blanca, tan torcida, tan... espectacular! la verdad es que me sorprendió mucho la inclinación que tiene, es increíble que aún siga en pie...

No necesita presentación
Baptisterio
La catedral
Sólo entré dentro de la Catedral, subir a la Torre eran 18€ y sinceramente, lo bonito de la torre a mi parecer es verla por fuera. El Baptisterio y el Camposanto lo veré si vuelvo, ya que con maletas no se puede entrar y dejar a Mr.V fuera para verlo yo y al revés pues como que no...

El día pasó y nos fuimos al aeropuerto para esperar que el avión nos devolviera a la realidad...

Sin duda ha sido un viaje maravilloso y aunque creo que me queda mucho por descubrir, no es una ciudad a la que crea que vaya a volver...No es como Roma a la que ya he ido 3 veces y se que volveré, Florencia se queda en mi retina y en mi memoria como un regalo único e irrepetible... Gracias Mr.V por compartir junto a mi la ilusión de volver.

Y ya después de este podéis haceros una idea de lo prescindible e imprescindible de una ciudad como Florencia.

Feliz semana y puntitos para tod@s!



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