¿Cómo estáis? Yo despuésde dos semanas aún con resaca emocional.
Han sido dos fines de semana muy intensos y llenos de emociones.
El primer fin de semana de julio hice un viaje con las dos mujeres más importantes de mi VIDA, mi madre y mi abuela.
Hace poco mas de un mes mi madre cumplió años y yo decidí regalarla algo que mi abuela tenía muchas ganas que hiciera, un viaje a Fátima.
tengo la sensación que mi abuela habrá hecho algun tipo de promesa y yo, decidí regalarle ese viaje y que mi abuela también nos acompañara. Mi abuela tiene 94 años y creo que viajes así pocos hará así que nos fuimos las tres.
La primera parada fue Ciudad Rodrigo, ir del tirón a Fátima después de haber madrugado y trabajo me pareció demasiado así que sobre las 16:30 llegamos allí. Casi tres horas de coche dieron para que ellas hablaran del pasado y yo poder enterarme de cosas que no sabía de su infancia y juventud...
Barajé varios sitios donde dormir, pero me apetecía conocer la ciudad.Nos quedamos en un hotel fuera de la muralla, lo busqué en internet y por precio y ubicación me cuadró y qué buena elección.
Como mi madre y mi abuela ya conocían la ciudad, decidieron quedarse a descansar un poco y luego salir a merendar, así que yo cogí caminito hacia el centro para conocer su catedral, sus casas señoriales y recorrer la historia de sus calles.
Lo primero la CATEDRAL, que quedé maravillada con lo bella que es. Es de estilo Románico con transición al Gótico...no os voy a dar clases de historia ya que yo también tendría que tirar de los libros para contarlo, jaja.
El coro es impresionante y sobre todo muy curioso con sus figuras en todas las sillas, desde fábulas hasta penes, no miento.
Su Pórtico del Perdón es una maravilla y no se que os parece a vosotros, pero a mi me recuerda mucho a el Pórtico de la Gloria de la Catedral de Santiago de Compostela.
Pero sin duda lo que me encanta de una Catedral es su Claustro y este es precioso.
Creo que yo habría sido monja de clausura en esa época sólo por vivir entre esas paredes.
A parte de la catedral la ciudad tiene rincones muy bellos, como sus casas señoriales, el Parador, las vistas del río...
La tarde pasó, cenamos cerca del hotel y prontito a dormir que el sábado tocaba madrugar y llegar a Fátima. así que madrugamos y después de desyunar otras casi 3 horas hasta destino.
Según entras en Portugal empiezas a pillar peajes, pero no son como aquí, así que para pagar tienes dos opciones o comprar una tarjeta antes de entar al país o hacerlo por internet (mi opción), tu matrícula, VISA y listo.
Y por fin FÁTIMA.
Aparcar allí es prácticamente misión imposible, así que dejé las maletas y a mis acompañantes en la puerta del Hotel y me fui a aparcar a más de 10 min, que no es mucho pero para mi abuela sí.
Como aún no estaban las habitaciones, nos fuimos a visitar el santuario. Es increible lo que hay construido alrededor de una aparición a tres niños...
Yo soy creyente, pero hay cosas que no entiendo y que no comparto y todo lo que rodea a la Virgen es un auténtico negocio.
Lo único que hay son tiendas donde comprar souvenir de la virgen y diréis como en todos los sitios, pero de verdad que esto es multiplicado por 1000.
Tras visitar el santuario nos fuimos a comer, había reservado un par de días antes un restaurante con buenas reseñas y la verdad es que aunque no creo que vuelva a la ciudad, lo recomiendo 100% se llama Manhas y tanto el servicio como la comida es de 10.
De allí volvimos al hotel para descansar un pelin, por la tarde iríamos a ver la misa en Castellano y por la noche la procesión de las Velas.
Deciros que si tenéis pensado en ir con personas mayores, tenéis la opción de que os dejen una silla de ruedas, sin coste, podéis preguntar a algún guardia de seguridad y os dirán donde cogerla.
La misa fue bonita, hacía tanto que no iba a una...pero lo más bonito y con lo que me quedo es con la procesión de las velas, se hace alrededor de la explanada de la capilla de las apariciones, a oscuras con las velas y el templo iluminado es realmente emocionante.
Llegó el domingo y tocaba volver a casa...durante el camino pensé en muchas cosas, pero en lo que más pensé fue en que no me gusta el negocio que hay alrededor de la Fé de las personas.
Yo soy de las que creen a su manera, no hace falta templos enormes, ni misas multitudinarias. La fe y creencia es de uno mismo, él con su Dios, sin ornamentos ni multitudes.
Con lo que me quedo de este viaje sin duda es de compartir junto a mi madre y abuela de momentos únicos.
Sin duda la VIDA consiste en esto, en compartir experiencias y momentos junto a las personas que quieres. Y algo que cada día me gusta más es regalar a mi gente vivencias a mi lado...ya sea una cena, un concierto o como ahora un viaje. Porque un vestido, un reloj, unos zapatos, se estropean con el tiempo, pero las vivencias perduran hasta el final...
Y con esto me despido por hoy, pero la semana que viene también hablaré de vivencias, esta vez junto al hombrecito que más quiero del mundo, mi sobrino mayor.
Feliz semana y puntitos para tod@s!!
Aprovecha que no sabes cuando te vas a ver en otra. Disfruta de estos momentos. MB
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