domingo, 21 de junio de 2020

Semana de perdidas.

Hola a tod@s!

Ya estamos en verano y parece que volvemos poco a poco a la "normalidad" eso sí, con las medidas necesarias en cada sitio al que vamos.

Esta última semana de la primavera se han marchado dos personas muy importantes en mi vida, cada una a su manera, así que permitirme dedicar este post a ellos dos.

El miércoles se marchó la primera y la más cercana a mí.
Ha sido el médico de mi infancia/adolescencia, el médico de mi pueblo, Galapagar. Una persona que se ha desvelado tantas y tantas noches por la salud de los habitantes del pueblo.

La de madrugadas que habrá venido a casa recién salido de la cama, porque mis padres le llamaban porque alguno de la familia estaba con fiebre alta y no bajaba... La de anginas que me habrá diagnosticado y antibióticos recetados.

Él no sólo era el médico del pueblo, era parte de la familia de todos los Galapagueños, D.Baltasar Otero siempre estará en nuestro corazón, aunque un cachito del nuestro se lo ha llevado allí dónde esté. Sin duda un ejemplo para que sigamos luchando por una sanidad pública y cuidemos de nuestros sanitarios.
Gracias por tanto Don Baltasar

Y la segunda nos dejó el Viernes, una persona que consiguió que me enganchara a la lectura de nuevo y que no dejara un libro a medias.
Carlos Ruiz Zafón un escritor que ha cautivado (y seguirá haciéndolo) a millones de personas con sus historias, porque escritores habrá muchos pero genios no tantos y él sin duda lo fue y será.

Estoy segura que sus libros no irán nunca al "Cementerio de los Libros Olvidados", pero si llegaran seguro que alguien elegiría alguno y haría de ellos lo que son, joyas de la literatura.


Un pedacito de él en casa

Gracias a un amigo llegó a mis manos el primer libro suyo que leí,  La sombra del Viento, hacia el 2002. Tras ese vinieron más, Marina, la Trilogía de la Niebla y ninguno de ellos me dejó indiferente.

En 2004 pude felicitarle en La feria del Libro de Madrid por sus historias y recuerdo comprar el libro para una amiga mía, ella tiene la suerte de tenerlo firmado, yo de haber hablado con el. 



Pues hoy sólo puedo decir GRACIAS a ellos dos, uno por desvelarse muchas noches para cuidar de mi y al otro por hacer que trasnochara gracias a sus libros. D.E.P

Si allá donde estéis coincidís creo que no os aburrireis y Carlos podría escribir muchas de las historias que D.Baltasar le relatara.